Natural de Los Realejos, sus comienzos en el Restaurante El Duende lo convierten en un referente de la repostería canaria, que eleva a la alta cocina de las islas, gracias a su trabajo incansable, su buen gusto, su dominio exquisito de las técnicas de repostería, y el respeto que profesa al producto canario y de cercanía.
Practica una cocina moderna, de gran dificultad, ya que principalmente se basa en una aparente simpleza de sabores y una sofisticación sútil.
Practica una cocina moderna, de gran dificultad, ya que principalmente se basa en una aparente simpleza de sabores y una sofisticación sútil.
Su gran inquietud e inconformismo le llevan a estar en un continuo reciclaje tanto dentro como fuera del Archipiélago.